Las tres lecturas bíblicas presentadas hoy se refieren a Jesús de Nazaret, nacido en Belén; muerto y resucitado en Jerusalén hace más de veinte siglos. Esta frase inicial resume la totalidad del cristianismo. Por otra parte, el cristianismo actual presenta muchos elementos relacionados con Jesús de Nazaret en los dos milenios transcurridos desde su muerte.
El primer elemento, presentado después de la muerte de Jesús, por sus amigos y amigas, fue totalmente extraordinario: la salvación de su vida completa después de su muerte en la cruz. Es decir, la declaración que sus amigos y amigas presentaron a la sencilla humanidad de 21 siglos atrás: Jesús, muerto en una cruz y enterrado, ya no está allá. Jesús ahora vive.
Es importante que los cristianos y cristianas sean conscientes de lo que los discípulos presentaron a la humanidad tres días después de la muerte de Jesús. La frase fue sencilla: “Jesús Vive”. Esto no se explica. Una de dos: o se lo acepta, o se lo rechaza. Los que aceptan son cristianos y cristianas, desde hace veinte siglos. Los que rechazan son el resto de la humanidad.
Aunque esa frase es sencilla, tiene en sí misma la capacidad de dirigir por completo la vida de una persona. Pero no es una vida sencilla. Exige algo muy difícil a todos; aceptar gratuitamente y para siempre algo que no se puede comprender ni explicar. Muchos cristianos afirman que lo han aceptado. Pero sólo un verdadero examen de conciencia lo determina.
La persona que lo logra, cambia extraordinariamente su vida. No de golpe, sino paso a paso, asume una forma distinta de vivir, que es invisible para los demás. Esa nueva vida es el resultado de su propia realización, al haberla entregado, silenciosa y totalmente, a Jesucristo. Es una vida que no puede ser explicada a nadie, pero que transforma totalmente a la persona.
¿Es posible que una persona, masculina o femenina, acepte esa nueva vida en este tiempo y en este lugar? ¿Y que decida realizar esa transfiguración en sí misma? Al parecer, viendo el mundo actual, tal forma de vivir es ridícula. Pero eso sólo puede saberlo una persona que decide voluntaria y calladamente vivir de esa manera. ¿En este siglo veintidós?
Cuando Jesús comenzó a llamar a varones y mujeres de su tiempo para vivir con ellos de acuerdo a sus enseñanzas, algunos aceptaron el llamado. Los evangelios lo presentan así en la Biblia. El hecho de que la historia de Jesús sigue existiendo en estos tiempos parece demostrar que sí, que hay personas que comienzan a caminar con el invisible Jesús de Nazaret.